Mezquita

La Mezquita mudéjar de Calatorao

El edificio conocido como Hospital de Peregrinos sito en la calle Murillo nº 6, es en realidad un edificio único en la región y mucho más antiguo de lo que se pensaba, puesto que se trata de la mezquita mayor utilizada por la comunidad mudéjar de Calatorao en la segunda mitad del siglo XV. Junto a la sala de oración ha llegado hasta nosotros una pequeña casa, que era utilizada en su planta baja como escuela coránica o madrasa y en la planta superior como vivienda del Iman. Todo ello se encuentra prácticamente íntegro y en un estado de conservación bastante bueno. El estudio ha sido realizado por el Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza D. Bernabé Cabañero Subiza. Quién también realizó la reconstrucción del estado primitivo de la axonometría seccionada y planta de la mezquita. La delineación se realizó en el Estudio de Arquitectura de José Javier Aguirre Estopiñán de Zaragoza y fue subvencionada por el Ayuntamiento de Calatorao.

Característica Constructivas

La mezquita de Calatorao pertenece,  a la tercera generación de mezquitas, correspondiente  al cuarto período del arte mudéjar aragonés, década de 1440, se caracteriza por carecer de alminar y de patio, y en los casos conocidos en Aragón  presentan dos naves en el caso de la de Calatorao  y una nave en el de Tórtoles (un barrio de Tarazona) Ambas mezquitas son muy similares.

A la sala de oración mudéjar de Calatorao se accede por una puerta monumental de ladrillo visto con forma de arco de medio punto, que presenta la particularidad constructiva de que la anchura de la rosca se mantiene en la zona de las jambas, formando el extradós del arco por un lado y las jambas por otro una única superficie continua.

Entrada Mezquita

La techumbre de la sala de oración se apoyaba en tres pilares de ladrillo cuadrados. El primero es exento y está en el centro, otro embebido en el muro  del lado este y el otro adosado a la pared perimetral del lado occidental. Estos se completan con otros cuatro embebidos en el muro norte y en la esquina suroeste.

Detalles de los restos de pinturas. Arco del mihrab y muro de la qibla

Recreación de los restos de pinturas

El mihrab queda reducido a un mero plano rehundido que ocupa la luz del arco. Presenta los ladrillos dispuestos como si se tratara de un arco enjarjado de piedra.

El interior de la sala de oración debió estar decorado con  pinturas al fresco que reproducían árboles de la vida. Se demuestra por ciertos fragmentos conservados en un dependencia anexa que era utilizada como escuela coránica o madrasa.

En esta habitación donde se enseñaba a los niños los preceptos de la religión islámica existen además dos graffiti de gran interés: uno representa un santuario islámico, puede evocar  la gran mezquita de La Meca, y el otro un árbol de la vida.

También debía estar pintada la fachada del mihrab de la sala de oración con la reproducción de un arco enjarjado, puesto que no tiene ningún sentido que el alma del arco de ladrillo tuviera esta forma propia del siglo IX  si el enlucido la ocultaba.

Junto a la sala de oración en el ángulo sureste se encontraba la escuela coránica que contaba con dos plantas unidas por una escalera que no se conserva. Delante de la  mezquita existió un aljibe, hoy colmatado, que proporcionaba agua a las fuentes donde los fieles realizaban sus abluciones.

Maqueta recreando la mezquita

Significado Histórico

Para  poder comprender el significado e interés de este pequeño edificio situado en la parte alta de esta localidad zaragozana es preciso explicar en sus rasgos más básicos las características, hechos históricos y desarrollo por períodos del mudéjar aragonés.

Las enormes dificultades que encontró Alfonso I  de Aragón y de Pamplona para repoblar la ciudad de Zaragoza tras su capitulación en el año 1118 aconsejaron a éste a obrar de manera  semejante a como lo había hecho el rey Alfonso VI de Castilla y de León en 1085 al conquistar Toledo, quien autorizó a los musulmanes de la ciudad castellana a quedarse en ella y en su territorio, conservando la religión musulmana, la lengua árabe y un estatuto propio a cambio de pagar impuestos. Alfonso I tuvo que mostrarse igualmente tolerante ante los habitantes de una ciudad como Zaragoza que se había entregado mediante un pacto de rendición -lo que naturalmente le hacía merecedora de un mejor trato- y no mediante conquista. Las personas que lo desearon abandonaron libremente la ciudad contados sus bienes.

Cocina de la mezquita

De Mezquita a Hospital de Peregrinos

En Aragón, el bando para la expulsión de los moriscos se hizo público el 29 de mayo de 1610 en Zaragoza. Con motivo de dicha expulsión todos su bienes quedaron abandonados, entre ellos su Mezquita. Para saber el cambio producido de Mezquita a Hospital nos basamos en un documento notarial fechado 11 años después  dentro de los protocolos de Miguel Ralla. Los administradores y receptores de las limosnas que se hacen para la Capilla del Santo Crucifijo de esta villa de Calatorao deciden la Fabrica del Hospital para recoger a los pobres y demás personas, que vienen a visitar y admirar la Santa Imagen.

A partir de este momento el edificio es conocido como Santo Hospital de Peregrinos del Santo Cristo de Calatorao y pasó a estar gestionado por la Junta de Capilla del Santo Cristo hasta que en 1917 se construye un nuevo hospital municipal y este edificio pasa a ser residencia de los alguaciles municipales. Actualmente es la sede de la asociación Barbacana.

La gran importancia de la Mezquita de Calatorao

Aunque la mezquita mudéjar de la aljama de Calatorao presenta un aspecto modesto es un edificio de singular importancia, por haber desaparecido la mayor parte de estos monumentos religiosos mudéjares a consecuencia del edicto de obligada conversión de 1526. Por ello, por su extremada rareza, constituye un testimonio de gran valor y sumamente precioso para la historia de Aragón, que lo hace digno de ser conservado, restaurado y dado a conocer.